Cuando Laura nos llamó estaba pasando un momento complicado.
Se acababa de separar y en la sentencia de divorcio se había pactado vender la casa familiar en un tiempo y a un precio determinado.

Se debía efectuar la venta a través de una agencia y cada tres meses habría que revisar el precio a la baja ( 3%) si no se había vendido. Hay abogados que recomiendan esta opción para que ninguna de las partes salga perjudicada, ya que hay veces que la parte de la pareja que se queda en el domicilio pone dificultades para la venta, retrasándola.
Laura llegó a nosotros a través de una amiga común y todo le generaba ansiedad. Se cuestionaba y nos cuestionaba muchas dudas.
- ¿Qué haría cuando vendiera su casa?
- ¿Dónde iba a ir?
- ¿Cuáles eran las gestiones que debía hacer?
- ¿Qué impuestos debería liquidar?
Anteriormente no se había ocupado de nada de esto y la comunicación con su exmarido era prácticamente nula.

Nos pusimos manos a la obra y lo primero que hicimos fue tranquilizarla. Nosotros nos haríamos cargo de todo, seríamos los mediadores con su exmarido y ella lo único que tendría que hacer es confiar en nosotros. Ayudamos para adecentar la casa, retirando cosas sin utilidad y dejamos la casa lista para las visitas. Al mismo tiempo empezamos a buscar un alquiler que fuera de su gusto, hasta que decidiera su futuro próximo.
El proceso no fue complicado, pero teníamos que lidiar con el estado de ánimo de Laura que con cada visita parecía flaquear y todo era un mundo para ella. La casa estaba en precio y no hubo dificultad para venderla. Los compradores entendieron bien la situación de Laura y todo fueron facilidades.

Ahora os podemos decir que Laura vive feliz con sus hijos en una casa de alquiler, esperando que le entreguen el nuevo piso que ha comprado. Ya no tiene miedos y la Laura angustiada que conocimos es una Laura renovada y con mucha fuerza para seguir su camino.
No se trata de vender una casa, se trata de lo que hay detrás, de personas como tu y como nosotros con sus problemas, con sus alegrías, tratando de seguir adelante cada día.
Laura nos visita con frecuencia y le deseamos desde aquí toda la felicidad del mundo que estamos seguros de que la encontrará.
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