¿Amantes del queso y golosos a partes iguales? Os traemos la ruta definitiva por los restaurantes de la ciudad que preparan este delicioso postre
Blog Century 21 Village
Aunque la mejor tarta de queso del mundo se prepara en La Viña (San Sebastián), hay en Madrid muchos restaurantes que no se quedan atrás a la hora de elaborar este popular postre. Untuosas, con corteza, que se deshacen en la boca, acompañadas de helado o galleta, con todo tipo de queso… las posibilidades son casi infinitas. Si se os hace la boca agua solo con pensar en probar un trozo de tarta de queso, no os perdáis esta ruta para degustar algunas de las mejores de Madrid.

Paco Quirós llevan desde 1981 perfeccionando la receta de esta increíble tarta de queso, que no puede faltar en la selección de las mejores de Madrid. De textura firme con un punto jugoso en el centro y con una fina capa de galleta como base, salivamos solo con pensar en pedirla de postre.
Prueba también: sus huevos con puré de Morcilla y patatas en tempura son el entrante perfecto, y si os van los arroces, no dejéis de pedir el de verduras y setas al horno. No os arrepentiréis.
Considerada como la mejor tarta de queso de la ciudad por muchos (y exigentes) paladares, es recomendable pedirla con la comanda de los platos principales ya que está tan solicitada que puede que os quedéis con las ganas de probarla. Es perfecta para los amantes de las tartas súper cremosas, casi líquidas, y la mezcla de quesos propuesta por Nino Redruello y sus reposteros (fresco, Idiazábal y azul) os llevará al cielo gastronómico con la primera cucharada. Ahora también la puedes encargar en Pastelerías Mallorca y que te llegue recién hecha a tu casa.
Prueba también: su carta es sencilla y dinámica, pero cualquiera de sus clásicos (paté de la casa, los garbanzos con cigalitas, el calamar a la parrilla, la lubina confitada…) es un acierto seguro.
El chef Daniel Roca, tras cosechar el éxito en Barcelona con su Barra Alta, acaba de aterrizar en Madrid con una carta viajera que además da una vuelta a lo tradicional. Hay mucho y bueno para elegir pero si no te decides tienen tres menús degustación. Lo que no puede faltar para cerrar la velada es su tarta cremosa de queso. La hacen entera pero en tamaño mini, ideal para compartir.
Prueba también: el género que ofrecen en su oyster bar así como su ceviche de sepia, los calamarcitos de playa a la plancha o la pluma de cerdo ibérico de bellota Joselito.

Hace relativamente poco que este restaurante donde las brasas son las protagonistas abrió en Madrid, pero más allá de probar sus carnes y pescados de primera calidad tenéis que dejar un hueco para el postre. Su tarta de queso se ha colado entre las mejores de la ciudad. Tostada por fuera y cremosa por dentro, se elabora cada mañana en el obrador, y eso se nota.
Prueba también: empezad con la txistorra de Arbizu a la brasa y completad una comida de 10 con su chuleta de vaca vieja de Jaizkibel acompañados por los pimientos de Lodosa confitados.
Aunque reina el mar, su cheesecake es un final casi ineludible en todas las comandas. Rafa Zafra lo elabora a base de harina de trigo y de almendra, lo rellena de queso crema y lo aromatiza con ralladura de limón, lima y naranja. A la mesa llega con una mermelada de fresas casera que se sirve por separado.
Prueba también: Todo lo que sale de su cocina es extraordinario porque la material prima (pescados y mariscos) también lo es y la tocan poco. Lo justo para elevar o para crear un bocado nuevo como el marinado de su caballa o su tortilla de percebes y caviar.
La tarta de queso de Saúl Sanz es atípica. A la receta tradicional le imprime el carácter de un buen Gamonéu, una de las variedades queseras asturianas más emblemáticas. El postre, un clásico de la casa (por mucho que se haya renovado abriendo un espacio más refinado y ampliando los metros de cocina), se puede disfrutar tanto en su barra como en la sala del restaurante.
Prueba también: La casa está gobernada por la buena mano de su chef para las propuestas cinegéticas pero cualquier buen producto de temporada se convierte en plato de gusto. Y queréis ir a tapear, nada mejor que abrir boca con sus torreznos.

Durante los meses más complicados del confinamiento, Sergio Arjona se arremangó y empezó a probar recetas y recetas (partiendo de las creaciones de Dani García, Nandu Jubany y Manolo Franco) hasta encontrar algo que le convenciera totalmente. Como todos, se metió de lleno en la cocina, pero él, un joven consultor, acaba de lanzar al mercado su propia y muy cremosa tarta de queso. Se llama Luna & Wanda. Y cuenta con proveedores de lujo; los huevos son de Cobardes y Gallinas, procedentes de gallinas en libertad, y los quesos vienen de Formaje.
Ya fuera del Mercado de Torrijos pero en el barrio de Lista encontramos una de las mejores (y más cremosas) tartas de queso de la ciudad. Los quesos con los que la elaboran van cambiando según la temporada, así que en cada estación podéis probar una diferente. Pero todas exquisitas, eso sí.
Prueba también: sus callos son espectaculares y tiene varios fueras de carta que os harán la boca agua.
El último desembarco de Dani García, esta vez en la Milla de Oro gastronómica, resume las lonjas de nuestras costas y pone el atún en un altar. Pero, llegados al final, las miradas se paran ante su versión cremosa, a partir de queso fresco, de una tradicional tarta de queso. «En los orígenes, la receta llevaba queso payoyo de Ronda, pero hemos querido revisarla para conseguir una textura más jugosa», ha confesado alguna vez el televisivo chef andaluz.
Prueba también: El marisco que te llame desde sus vitrinas a la vista, los arroces al sarmiento o algunos bocados de picoteo ilustrado como sus callos marineros o las croquetas de choco.

Pepe Roch suma y sigue. Desde que gestiona la cocina de este legendario establecimiento la clientela ha respondido muy bien a la nueva propuesta y llena sus mesas. Una de las razones quizás sea su tarta de queso. Sale tostada del horno pero mantiene la cremosidad interior. En esta casa se acompaña de frutos rojos y helado de galleta artesana.
Prueba también: Las bravas con salsa de tomate confitado y alioli de madroño y mostaza, las croquetas de camarones, las albóndigas con salsa de Pedro Ximénez y azafrán, hechas a fuego lento para que sepan a las de la abuela, su steak tartar o su salmón marinado.
Fuente: https://www.timeout.es/