Para los amantes del café, la moda de los llamados café de especialidad supuso un balón de oxígeno. El torrefacto quemado del Bar Paco, ese que te dejaba un sabor cenizo en la boca, te daba varias salidas, cada una peor que anterior: tomarlo con mucho azúcar mucho azúcar, por supuesto nada de tomarlo solo, o tirar de las cafeteras industriales para cápsulas del señor Clooney que tienen algunos (pero pocos) locales.

Pero si algo bueno trajo a nuestros barrios el hipsterismo y la gentrificación fue el café de especialidad. Madrid cuenta ya con alrededor de 40 cafeterías y Aroma&Bread es una de nuestras favoritas. leer más